La desinformación en las campañas políticas y en las redes sociales ha estado confundiendo y enturbiando la información sobre nuestras comunidades durante años. Necesitamos hacer más para promover narrativas factuales e información basada en evidencia. Afortunadamente, existen formas de hacerlo a través de la regulación, las políticas públicas y la acción individual.
Lo siguiente es un extracto de un artículo académico (“Lucha contra la desinformación
Cómo se propaga y por qué es peligroso“) publicado por Taylor & Francis:
El Dr. Lawrence dice que debemos estar abiertos a la idea de que podríamos estar recibiendo y aceptando desinformación.
Por lo tanto, debemos practicar una “buena higiene de la información”, afirma el Dr. Culloty.
“Tómate un momento para detenerte, pensar y comprobar de dónde viene la información”, afirma.
“Pregúntate: ‘¿Es esto real?’ o ‘¿Es creíble?’
“Piensa también en los motivos detrás del contenido: ¿está intentando promocionar o vender algo?
“Verifique la fuente buscándola para ver quién la creó. Contraste las afirmaciones con fuentes confiables para comparar lo que dicen.
“En caso de duda, no le des me gusta ni compartas”.
“Las personas no deberían confiar únicamente en los medios comerciales y de suscripción para obtener noticias fiables y precisas”, añade el profesor Iosifidis.
“Acceda a diversas fuentes de noticias y no dependa sólo de una”, afirma.
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